Mensaje del Año Nuevo


1 de enero de 2013


KIM JONG UN


    Queridos compañeros,
    Valerosos oficiales y soldados del Ejército Popular y amado pueblo del país entero,
    Entrañables y fraternales compatriotas:
    Despedimos el 2012 engalanado de acontecimientos trascendentales para la historia nacional y acogemos el Año Nuevo de 2013, pletóricos de la gran aspiración y de la fe en la victoria definitiva.
    Ante todo, rindo mi más sincero tributo y saludo cordialmente por el Año Nuevo a los grandes camaradas Kim Il Sung y Kim Jong Il, padre de la nación y eterno Sol del Juche, en reflejo del unánime sentimiento de veneración de todos los militares y civiles.
    Extiendo mis cordiales saludos a todo el ejército y pueblo, unidos monolíticamente en torno al Partido y consagrados al fortalecimiento y la prosperidad de la patria. Asimismo, formulo los más sinceros votos por la armonía y mayor bienestar de todas las familias del país.
    Saludos a los compatriotas surcoreanos y residentes en el extranjero que acogen el Año Nuevo con el anhelo de ver aunada a la patria y la expectativa en la prosperidad de la nación, así como a todos los pueblos progresistas del mundo y amigos extranjeros amantes de la justicia y la paz.
    El que despedimos fue un año histórico que aseguró la brillante continuidad de la causa revolucionaria del Juche, con los grandes Generalísimos como eternos líderes de nuestra revolución y bajo la dirección del Partido.
    Los camaradas Kim Il Sung y Kim Jong Il son grandiosos líderes que nuestro pueblo acogió y enalteció como a ningún otro hombre en su milenaria historia, eternas efigies de la potencia Paektusan y banderas de todos los triunfos y glorias. El año pasado celebramos por todo lo alto el centenario del natalicio del gran Líder Kim Il Sung, suprema fiesta nacional, con evidente orgullo hicimos el balance de los cien años de la Corea del Juche y logramos la causa de la perpetuación del líder al enaltecer a Kim Jong Il como eterno líder de nuestro Partido y pueblo. Gracias a ello, hemos podido glorificar la nueva centuria de la era Juche como prolongación de triunfos y glorias para la culminación de la causa revolucionaria jucheana, enarbolando la bandera del kimilsungismo-kimjongilismo.
    Nuestro ejército y pueblo comenzaron el 2012 anegados en lágrimas debido al repentino deceso de su veneradísimo General Kim Jong Il. Sin embargo, se levantaron resueltamente en pos del Partido, atesorando en lo más profundo del alma la inconmovible fe de que el gran camarada Kim Jong Il vive siempre en nosotros, y siguieron con una sola voluntad la dirección del Partido. Con su inmaculado sentimiento de lealtad, noble sentido de la obligación moral y total entrega, imprimieron mayor solemnidad al Palacio del Sol Kumsusan, supremo lugar sagrado del Juche, y erigieron con sumo respeto las estatuas de los Generalísimos en la colina Mansu y en varias unidades.
    Siguieron al Partido, depositándole absoluta confianza, establecieron lazos consanguíneos con él, le acompasaron el latido del corazón y compartieron con él las penas y las alegrías. Los importantes actos políticos efectuados acaparando la atención de todo el país y los días y meses transcurridos en el año pasado fueron una sucesión de momentos emocionantes en que la indestructible unidad del Partido, ejército y pueblo se vio representada por inseparables lazos de hermandad.
    El año pasado nuestros militares y civiles cosecharon triunfos que adornarán los anales de la historia nacional al realizar toda una campaña para materializar el propósito y el legado del gran General.
    Mediante el exitoso lanzamiento del segundo Kwangmyongsong-3, satélite artificial de la Tierra, nuestros fidedignos científicos y técnicos hicieron realidad el legado del General y pusieron de manifiesto el nivel de la astronáutica de la Corea del Juche y el conjunto de sus potencialidades. La exitosa fabricación y lanzamiento de dicho satélite con fines científicos, fruto de nuestras fuerzas, tecnología y talento en cien por ciento, constituyó todo un acontecimiento que exaltó la dignidad y el honor de la nación del Sol, así como un evento de particular relevancia que infundió ánimo y certidumbre de la victoria a todos los militares y civiles y que expuso claramente que Corea cumple lo que se propone.
    A través de la parada militar efectuada en saludo al centenario del gran Líder, nuestras fuerzas armadas revolucionarias exhibieron el inagotable potencial del poderoso ejército con el temple del monte Paektu, firme en su ideología y convicción y pertrechado con armamentos modernos a nuestro estilo, capaces de derrotar a cualquier gran enemigo. Asimismo frustraron resueltamente cada una de las incesantes provocaciones militares del enemigo y sus conspiraciones contra nuestra República, preservando fidedignamente la seguridad nacional. Con el ímpetu arremetedor, oficiales y soldados del Ejército Popular y del Ejército de Seguridad Interior del Pueblo dieron decisivos pasos de avance en todas las importantes obras de la construcción de un Estado poderoso y próspero y realizaron muchas labores útiles para el bienestar del pueblo, sin fallar a la confianza depositada en ellos por el Partido y el pueblo.
    A pesar de la compleja y crítica situación del país y las terribles calamidades naturales que lo azotaron sucesivamente en el curso del año pasado, nuestros militares y civiles hicieron gala de su constancia y perseverancia y dieron agigantados pasos de avance en la construcción de una Estado socialista poderoso y próspero y en el mejoramiento de la vida de la población.
    Consolidamos las bases materiales y técnicas de nuestra economía al inaugurar la Central Hidroeléctrica de Huichon y el Puerto Tanchon, levantar muchas autóctonas y modernas fábricas y empresas e introducir los últimos logros científico-técnicos en la reestructuración de importantes bases de producción de la industria básica.
    El multiplicado fervor patriótico de los militares y civiles hizo posible levantar en Pyongyang creaciones monumentales como el Reparto Changjon y el Lugar de Recreo del Pueblo de Rungna, construir en distintas partes del país establecimientos culturales que contribuyen al bienestar de la población y acicalar la fisonomía de la patria.
    En virtud del decreto sobre la aplicación de la enseñanza obligatoria general de 12 años, se vio afianzado aun más el superior sistema educacional de carácter socialista. Nuestros deportistas honraron a la patria con resonantes éxitos en las lides internacionales y los artistas revolucionarios realizaron sus actividades con originalidad y espíritu emprendedor, a través de las cuales interpretaron la palpitante realidad de nuestra sociedad y alentaron el empeño del pueblo.
    Si pudimos lograr una gran victoria en el proceso revolucionario y la construcción del año pasado, se debe al gran General quien trazó un diseño de gran perspectiva para la construcción de una patria poderosa y próspera y asentó su sólida base. Los alentadores logros del año pasado devienen valiosos frutos de la acertada orientación y firme determinación de nuestro Partido de hacer realidad el grandioso proyecto y legado del gran General y presentar con dignidad ante el mundo a la Corea de Kim Il Sung y Kim Jong Il, del noble sentimiento de lealtad y abnegación patriótica de los militares y civiles infinitamente fieles al Partido.
    Mis más sinceros agradecimientos a todo el ejército y pueblo quienes, en acato al enérgico llamado del Partido, coronaron con la gran victoria el primer año de la nueva centuria de la era Juche.
    Compañeros:
    El 2013 será un año de grandes creaciones y transformaciones que abrirán una fase trascendental para la edificación de un Estado socialista poderoso y próspero, en la marcha emprendida por la Corea de Kim Il Sung y Kim Jong Il en esta nueva centuria.
    Todo el pueblo y ejército, con el gran orgullo que sienten como vencedores y con el optimismo por un futuro luminoso, se sumarán con brío en la impetuosa marcha hacia un Estado poderoso y próspero.
    Juche es el único camino que seguirán nuestro Partido y pueblo y el gran kimilsungismo-kimjongilismo es la bandera de todas las victorias de nuestra revolución. Con esa bandera en alto, marcharemos recto y de modo consecuente por el camino de la independencia, de Songun y del socialismo. Apoyándose en nuestro pueblo, el mejor del mundo, el Partido levantará para la envidia de todos un Estado socialista poderoso y próspero, la mayor potencia del planeta, con nuestro propio estilo que es el del gran General.
    Este año conmemoramos el aniversario 65 de la fundación de nuestra gloriosa patria, la República Popular Democrática de Corea, y el 60 de la gran victoria en la Guerra de Liberación de la Patria.
    Por contar con los Generalísimos, autores de la sempiterna hazaña de haber fundado un genuino Estado del pueblo, el primero de su tipo en los cinco milenios de su historia, y haberlo convertido en una potencia socialista, independiente política, económica y militarmente, y por contar con el grandioso mérito del gran Líder de haber cosechado un gran triunfo en la Guerra de Liberación de la Patria, con sus destacadas estrategia y tácticas y atinada dirección, nuestro pueblo vive un presente honroso y glorioso y para nuestra patria próspera se abre un futuro luminoso.
    En este significativo año debemos ensalzar las imperecederas proezas de los grandes Generalísimos y proseguir incansablemente la edificación de un Estado socialista poderoso y próspero y la causa de la reunificación de la patria.
    La construcción de la potencia económica es una de las tareas más importantes para la causa de la edificación de un Estado socialista poderoso y próspero.
    Nos compete consolidar los éxitos alcanzados en la construcción económica, afianzar la posición del país como potencia económica de la nueva centuria y hacer realidad el deseo de toda la vida del gran General de procurarle al pueblo una vida envidiable.
    Todo el Partido, Estado y pueblo, con el mismo ímpetu con que dignificaron a la Corea de Songun mediante la fabricación y lanzamiento de nuestro propio satélite práctico, se movilizarán para producir cambios decisivos en la construcción de una potencia económica y el mejoramiento de la vida de la población.
    ¡Abramos una fase trascendental para la construcción de una potencia económica, con el mismo espíritu y temple con que exploramos el cosmos!, esta es la consigna de lucha que deben enarbolar este año nuestro Partido y pueblo.
    En todos los sectores y unidades de la economía nacional deben desplegar una intensa campaña para el auge productivo, en acato a la enérgica consigna del Partido.
    Este año todas las actividades económicas se encaminarán a consolidar y aprovechar eficientemente el ya establecido cimiento de la independiente economía nacional, incrementar activamente la producción y estabilizar y mejorar la vida de la población.
    Nos corresponde adoptar decisivas medidas para impulsar el sector priorizado de la economía nacional y la industria básica, conceder gran prioridad a los renglones carbonífero, eléctrico, metalúrgico y el transporte ferroviario y levantar un sólido trampolín para la construcción de una potencia económica. En particular, hemos de innovar las industrias carbonífera y metalúrgica, para reactivar el conjunto de la economía nacional.
    Los éxitos en la construcción económica deben reflejarse en la vida de los habitantes. Nos atañe prestar gran empeño en el desarrollo de los sectores y las unidades que guardan estrecha relación con la vida de la población y en la producción en los mismos, de modo que los habitantes disfruten de mayores beneficios.
    En este año la agricultura y la industria ligera siguen siendo renglones principales de la construcción económica. Es menester enfocar el esfuerzo del Estado en la agricultura, hacer más científica e intensiva la producción agrícola, alcanzar sin falta la meta de la producción anual de cereales, así como adoptar estrictas medidas de abastecimiento de materias primas y otros materiales para fábricas de la industria ligera y producir más artículos de calidad para el consumo masivo.
    Es preciso desarrollar decisivamente la ganadería, la pesca y la fruticultura, diversificar y enriquecer el régimen alimentario de la población. Los soldados del Ejército Popular y miembros de brigadas de choque que tuvieron el gran valor de participar en la roturación de la meseta Sepho, siguiendo el llamado del Partido, protagonizarán nuevos prodigios y hazañas heroicas en sus labores de este año, para así abrirle una amplia perspectiva a la causa de materializar lo más pronto posible el gran proyecto del Partido sobre la transformación de la naturaleza.
    Se esforzarán para aumentar la producción en las modernas fábricas y bases de producción que el gran General hizo levantar con tanto trabajo durante la intensa Marcha Forzada con el objetivo de elevar el nivel de vida de la población, de modo que su noble amor llegue al pueblo sin ningún menoscabo.
    En todos los sectores y unidades de la economía nacional se debe fomentar la emulación socialista para el aumento de la producción, revitalizar esta última y cumplir al pie de la letra el plan anual de la economía nacional.
    Hemos de reavivar la llamarada de la revolución industrial en la nueva centuria y, recurriendo a las ciencias y tecnología, abrir una fase trascendental para la construcción de una potencia económica.
    La revolución industrial en el presente siglo es en esencia una revolución científico-técnica y superar a los demás en el desarrollo de la tecnología de punta constituye el sendero a la potencia económica. Al igual que los científicos que con el lanzamiento del satélite contribuyeron a la exploración cósmica, hemos de desplegar una intensa campaña para alcanzar a otras naciones en el desarrollo de la tecnología de punta y colocar cuanto antes el conjunto de nuestra tecnología en el nivel mundial. En todos los dominios de la economía nacional prestarán atención primordial al desarrollo de las ciencias y la tecnología, promover su aplicación a la producción, aumentar la producción con nuestros propios recursos naturales y técnica y, a la larga, aplicar la tecnología de CNC a los equipos y procesos y automatizarlos completamente.
    Es necesario renovar la dirección y la administración de la economía conforme a las exigencias de la realidad en desarrollo.
    En todos los sectores de la economía nacional se esmerarán en la operación y la dirección económicas dirigidas a cobrar un gran auge de producción agotando reservas y posibilidades, trazarán de modo científico el plan inmediato y la estrategia de desarrollo por etapas de largo alcance y cumplirlos al pie de la letra y con tesón. Ateniéndonos al principio de asegurar la preservación del sistema económico socialista a nuestro estilo y elevar la responsabilidad y el papel de las masas trabajadoras como protagonistas de las actividades productivas, iremos perfeccionando continuamente los métodos de la administración económica y generalizaremos ampliamente las positivas experiencias adquiridas en distintas unidades.
    Hemos de seguir empeñados en consolidar por todos los medios nuestro potencial político y militar.
    La unidad monolítica de todo el ejército y pueblo en torno al Partido es nuestra arma más potente y la gran fuerza motriz para la construcción de un Estado socialista poderoso y próspero.
    Nos toca heredar invariablemente la enorgullecedora tradición de la unidad monolítica que ha logrado la armoniosa fusión del Partido y el pueblo, basada en la confianza absoluta, y que ha venido registrando victorias consecutivas en la bandera roja de la revolución.
    En la revolución de Songun todos los funcionarios, miembros del Partido y trabajadores compartirán con el Partido la idea, el propósito, las penas y las alegrías, y constituirán un solo cuerpo como auténticos compañeros consagrados al bienestar de la patria y el pueblo. Deben subordinar todas las labores a la defensa y la consolidación de la gran unidad, conocer bien la opinión pública, aglutinar a amplias masas en torno al Partido y afianzar la base ideo-política de nuestra revolución.
    El poderío militar equivale al poderío estatal: al consolidarlo por todos los medios nace una potencia y se asegura el bienestar y la dicha del pueblo. Con la bandera del gran Songun en alto, seguiremos prestando gran empeño en la consolidación de las fuerzas militares, preservaremos fidedignamente la seguridad y la soberanía de la nación y contribuiremos a la estabilidad regional y la paz mundial.
    En este año en que se cumple el 50 aniversario del lanzamiento por el gran Generalísimo Kim Il Sung de la consigna Uno contra ciento, debemos producir cambios trascendentales en la consolidación de nuestras fuerzas armadas revolucionarias y en el perfeccionamiento de los preparativos del combate.
    El Ejército Popular debe establecer el sólido sistema de mando revolucionario y ambiente militar y férrea disciplina y poseer el aspecto reglamentario propio del poderoso ejército revolucionario élite. Desencadenará furiosamente la fiebre de entrenamiento que tiene su origen en el monte Paektu, para formar a todos los militares como guerreros capaces de aniquilar uno a cien enemigos en los combates reales. Estará siempre con el dedo en el gatillo para derrotar implacablemente a los que se atrevan a hacer fuego contra nuestro sagrado territorio patrio y ganar la gran guerra para la reintegración nacional.
    Los oficiales y soldados del Ejército de Seguridad Interior del Pueblo de Corea y los miembros de la Guardia Roja Obrero-Campesina intensificarán más los ejercicios militares y políticos y se mantendrán en pleno estado de alerta para defender al Partido y el líder, la patria y el pueblo, y la tierra natal.
    El sector de la industria de defensa nacional producirá más armamentos autóctonos dotados de la tecnología de punta que contribuyan a materializar la estrategia militar del Partido y cumplirá con su misión como arsenal del poderoso ejército revolucionario inspirado en el temple del monte Paektu.
    Urge dar mayor acicate a la construcción de un Estado socialista civilizado y abrir de par en par la nueva era del florecimiento cultural del siglo XXI.
    El Estado socialista poderoso y próspero que nos proponemos construir es un Estado donde todos los ciudadanos, con ricos conocimientos culturales, buena preparación física y noble moral, gozan de una plena vida en las condiciones y circunstancias más cultas, y donde reina un ambiente de vida hermosa y sana.
    En todos los sectores de la construcción cultural materializarán cabalmente las ideas, líneas y orientaciones del gran General y colocarán a la altura del avanzado y civilizado Estado todas las esferas de la cultura como la enseñanza, la salud pública, el arte, la literatura, el deporte y la moral.
    Harán más majestuosa y pintoresca la ciudad de Pyongyang, capital de la Corea del Juche y centro de la cultura de Songun, acondicionarán avenidas, aldeas, ríos y montañas de todas las provincias, ciudades y distritos del país como hermosos parajes del socialismo y construirán más modernos establecimientos culturales y de servicio público, jardines y parques de recreo, de manera que los habitantes disfruten a sus anchas de una vida culta en esta nueva era.
    Para imprimir en este año un viraje decisivo en la construcción de un Estado socialista poderoso y próspero, es indispensable renovar radicalmente el concepto ideológico y el método y estilo de trabajo de los funcionarios.
    El verdadero funcionario que hoy necesita el Partido es aquel que, con la misma concepción del pueblo que tenían el Líder y el General, camina y camina para él aunque se le desgaste la suela de los calzados y, libre de la vieja mentalidad y estereotipos, renueva constantemente sus actividades y convoca a las masas a superar los escollos. Los funcionarios, en fiel acato a la consigna ¡Todo para el pueblo y todo apoyándose en las masas populares!, deben dar muestras de su gran abnegación. Con el elevado sentido de responsabilidad, afán y espíritu emprendedor, demostrarán al máximo su capacidad de trabajo y someterán su lealtad y práctica a la evaluación del Partido y el pueblo.
    Conviene elevar más la función combativa y el papel de las organizaciones del Partido.
    Todas las agrupaciones partidistas, como Estados Mayores políticos de las unidades correspondientes, deben atenerse al principio en la ejecución de la política del Partido y esmerarse en la labor organizativa y política para producir un gran auge en sus respectivos sectores y unidades. Con el afecto maternal, protegerán y orientarán a todas las personas, de manera que estas siempre confíen su destino al Partido y se desempeñen con responsabilidad en sus puestos de trabajo.
    La labor partidista se realizará como en la década de 1970, a la manera del tiempo de guerra, y se enfocará en llevar cabalmente a la práctica el patriotismo de Kim Jong Il.
    El patriotismo de Kim Jong Il es el eterno espíritu y aliento de la nación de Kim Il Sung y móvil de la construcción de un país poderoso y próspero. Las organizaciones partidistas orientarán a todos los funcionarios, militantes y otros trabajadores a que, imbuidos del patriotismo de Kim Jong Il, pongan en pleno manifiesto su entusiasmo patriótico y espíritu de abnegación en el actual y sagrado empeño para el florecimiento de la patria socialista.
    Las organizaciones de los trabajadores, con arreglo a sus características, educarán sustancialmente a sus miembros y los convocarán enérgicamente a la ofensiva general de este año. Las de la Unión de la Juventud conducirán a todos sus miembros a que siempre avancen derecho y con denuedo en pos del Partido y se hagan héroes que coronen con creaciones y méritos el actual gran auge.
    Reunificar a la patria es la suprema tarea de la nación que no se debe aplazar por más tiempo, el deseo de toda la vida y el legado de los grandes Generalísimos.
    Los grandes camaradas Kim Il Sung y Kim Jong Il, padre de la nación y lucero de la reintegración territorial, sufrieron como nadie el dolor de la escisión nacional, hicieron todo lo que estaba a su alcance para entregarnos una patria reintegrada y prepararon un sólido fundamento para la reunificación independiente, paz y prosperidad de la nación.
    Debemos preservar a ultranza y engrandecer sus imperecederos méritos para aunar a la nación y, en acato a la noble idea de las eminentes figuras, lograr sin falta la histórica causa de la reintegración, supremo anhelo de la nación.
    Este año toda la nación, unida, librará una lucha patriótica a favor de la reunificación y abrirá una nueva fase para esa causa.
    Uno de los asuntos importantes para poner fin a la división de la nación y reunificarla es acabar con el estado de enfrentamiento Norte-Sur, que no trae más que la guerra como demuestra la historia de las relaciones intercoreanas.
    Las fuerzas surcoreanas opuestas a la reunificación deben renunciar a su política de enfrentamiento con los compatriotas norteños y tomar el camino de la conciliación, unidad y reintegración nacionales.
    Respetar e implementar las declaraciones conjuntas intercoreanas son premisas fundamentales para mejorar las relaciones bilaterales y anticipar la reintegración.
    Todos los compatriotas del Norte, Sur y en el extranjero deben hacer esfuerzos tesoneros para implementar al pie de la letra la Declaración Conjunta del 15 de Junio y la Declaración del 4 de Octubre, gran programa común de la nueva centuria y jalón para la paz y prosperidad.
    Hemos de solucionar el problema de la reunificación con la fuerza unida de la nación y de manera independiente.
    El sujeto de la reunificación es toda la nación coreana y si ella une sus fuerzas nada le es imposible en este mundo. Todos los coreanos del Norte, Sur y en el exterior debemos subordinarlo todo a la gran causa de la reunificación, partiendo del principio que concede prioridad e importancia a la nación y promueve su unidad. Además, hemos de rechazar resueltamente la dominación, injerencia, agresión y maniobras de guerra de las fuerzas foráneas y no tolerar jamás ningún acto que impida la reintegración.
    Aunque se interpongan severas pruebas y dificultades en nuestra lucha para la reintegración territorial, levantaremos sin falta en este territorio patrio un Estado unificado poderoso y próspero, con la fuerza unida de la nación.
    Hoy la intervención y la agresión militar de los imperialistas a los Estados soberanos amenazan seriamente la paz y seguridad de la humanidad. En particular, la región de Asia y el Pacífico, incluida la Península Coreana, es el punto más candente del mundo y una tensión permanente se cierne sobre ella.
    Se hace cada vez más fuerte el deseo de la humanidad de vivir de manera independiente, en oposición a todo tipo de dominaciones y subyugaciones. Del mismo modo, nadie puede detener el curso de la historia hacia la independencia y la justicia.
    La actual situación internacional exige que nuestra República marche por el camino de la independencia enarbolando la bandera de Songun, tal y como lo ha hecho hasta la actualidad.
    Bajo el ideal de la independencia, paz y amistad, en lo adelante seguiremos ampliando las relaciones de amistad y cooperación con los países que respetan nuestra soberanía y nos tratan con agrado y no cejaremos en el empeño por preservar la paz y la estabilidad de la región y verificar la independencia en el mundo.
    Este Año Nuevo nos ofrece una perspectiva aún más risueña y le promete a nuestro pueblo solamente triunfos y glorias.
    Esforcémonos todos con tesón para el fortalecimiento y la prosperidad de nuestro país, nuestra patria, con la bandera de kimilsungismo-kimjongilismo en alto y unidos compactamente en torno al Partido.