Hoy, en
vísperas de la VIII Conferencia Cumbre de los Países No Alineados, la
reunión conjunta del Buró Político del Comité Central del Partido
del Trabajo de Corea y del Comité Popular Central de la República
Popular Democrática de Corea ha discutido una serie de problemas que
presenta el Movimiento de los Países No Alineados.
Esta Conferencia se efectuará en el presente año, muy significativo,
porque el Movimiento cumple 25 años de fundado. Deseamos que ella sea
una reunión de connotación histórica que contribuya a defender los
principios e ideales del Movimiento y a fortalecerlo y desarrollarlo más
aún.
Durante los últimos 25 años, el Movimiento de los Países No Alineados
avanzó con pasos firmes, sobreponiéndose exitosamente a la complicada
situación interna y externa y a las múltiples dificultades con que
tropezaba.
Veinticinco años atrás, este Movimiento emprendió su marcha con 25
jóvenes países independientes, pero hoy se ha convertido en un movimiento
de gran dimensión, integrado por más de 100 países emergentes y ha
crecido como fuerza política organizada, que ejerce gran influencia
sobre el proceso de transformación revolucionaria del mundo y la vida
política internacional.
Toda la trayectoria recorrida por el Movimiento comprobó fehacientemente
su vitalidad y la justeza de su línea, como fuerza política
independiente, que se halla fuera de los bloques.
Hoy, este Movimiento se enfrenta a la pesada tarea de cumplir con su
honrosa misión mediante un mayor fortalecimiento y desarrollo según la
exigencia de la situación creada.
Desde su nacimiento tiene la misión sagrada de liquidar el imperialismo
y el colonialismo y acabar con toda clase de dominación y sojuzgamiento;
oponerse a la agresión y a la intervención y preservar la paz y la
seguridad, así como lograr la soberanía de los países naciones y
asegurarles un libre desarrollo social y económico. En esto están
reflejadas las aspiraciones y deseos de los pueblos de alcanzar la
independencia y la prosperidad de todos los países y naciones y
construir un nuevo mundo pacífico, ya libre de la guerra.
Hoy día, en la palestra internacional se crea una situación opuesta a
estas aspiraciones y deseos de los pueblos de los países no alineados y
el Movimiento de los Países No Alineados se enfrenta a un grave desafío
de los imperialistas y de reaccionarios de toda calaña.
Los pueblos de los países no alineados y demás pueblos progresistas del
mundo esperan que la VIII Conferencia Cumbre, que se convocará este año
en Harare, sirva de coyuntura trascendental en la solución de
importantes problemas que encara el Movimiento, y por eso le prestan
profundo interés.
Fortalecer al máximo su poderío y elevar más su papel en el escenario
internacional es de suma importancia para enfrentarse a la situación
creada.
En vísperas de la VIII Conferencia Cumbre, voy a referirme a algunos
problemas importantes que se plantean para fortalecer y desarrollar el
Movimiento de los Países No Alineados.
1. LA ACTUAL SITUACION INTERNACIONAL Y LA REALIZACION DE LA CAUSA
ANTIMPERIALISTA POR LA INDEPENDENCIA
Hoy en día, la situación internacional es muy compleja y tirante.
Aunque la corriente principal de la época contemporánea se encauza
invariablemente hacia la independencia y la soberanía, la paz y el
progreso, se le resiste una contracorriente, la de dominación y de
sojuzgamiento, de guerra y de destrucción.
En diversas regiones del mundo surgen con frecuencia actos agresivos y
choques que atentan contra la soberanía de los países y las naciones y
perturban la paz y la seguridad, así como perduran el estancamiento, la
bancarrota y la inestabilidad socio-económicos, que amenazan la
existencia de los pueblos. Aunque éstos desean la paz, cada día más se
agudiza la tensión internacional y se agranda el peligro de la guerra, y
en la comunidad mundial se presentan sin cesar diversos problemas serios
y complicados.
La creación de esta situación, que se contrapone a las aspiraciones
comunes de los pueblos progresistas del orbe, se relaciona con la
intensificación de las maquinaciones de agresión y saqueo de los
imperialistas.
La agresión y el pillaje constituyen la naturaleza del imperialismo y su
modo de existencia.
El imperialismo surgió como resultado de la agresión y del saqueo, y se
nutre con la continuación de ellos. Después de nacido el imperialismo,
la humanidad sufrió calamidades por sucesivas agresiones y guerras y se
privaron de incontables riquezas y frutos del trabajo.
Es la inevitabilidad y la ley del desarrollo capitalista que si se
incrementa el capital monopolista, éste extiende sus tentáculos de
agresión y pillaje hacia ultramar.
La ambición y la codicia del imperialismo no tienen límites. Cuanto más
se ceba y engorda el imperialismo tanto más se agrandan su ambición y
codicia y más se tornan obstinados y brutales sus actos de agresión y
saqueo contra otros países.
A medida que se desarrollaba la época, el imperialismo cambió sus
métodos de agresión y de pillaje.
En la actualidad, los imperialistas se aferran al neocolonialismo como
método principal para agredir, dominar y saquear a otros países.
Con la llegada de una nueva era en que, después de la Segunda Guerra
Mundial se desmoronó el sistema colonial del imperialismo y los pueblos
de numerosos países de Asia, Africa y América Latina, ya libres de la
esclavitud colonial, se han encauzado por el camino del desarrollo
independiente, los imperialistas no pudieron aplicar por más tiempo el
viejo método de gobernación colonial, ni mantener su posición sin
aliarse, ni tampoco realizar la dominación y el pillaje contra otros
países. El imperialismo contemporáneo, que después de la Segunda Guerra
Mundial se reorganizó como una fuerza aliada con el imperialismo yanqui
a la cabeza, comenzó a dominar y sequear a los jóvenes países
independientes y en vías de desarrollo, valiéndose del método
neocolonialista, el más encubierto y astuto.
Hoy día, los imperialistas se enriquecen con colosales ganancias
extraídas de muchos países en vías de desarrollo, para lo cual,
echándoles lazos neocolonialistas de “ayuda” y “cooperación”, se
apoderaron de sus arterias económicas y los convirtieron en sus fuentes
de materias primas y mercados de venta de sus mercancías. Debido a su
política de esclavización neocolonialista y al viejo orden económico
internacional inicuo, impuesto por ellos, no pocos países no alineados y
en vías de desarrollo, aunque han conquistado la independencia política,
no logran su desarrollo independiente y su prosperidad, la liberación de
sus pueblos del hambre y la miseria. Con el paso del tiempo se agranda
la diferencia de la riqueza y la pobreza entre los países imperialistas
occidentales y los países en vías de desarrollo, y a escala mundial se
patentiza más entre los países el fenómeno de que “los ricos se hacen
más ricos y los pobres, paupérrimos”.
Los imperialistas, con el intento de saciar las ambiciones ilimitadas de
los monopolios, tendentes a expandirse hacia ultramar, y realizar su
designio de dominar al mundo, se orientan a militarizar la economía e
intensifican aún más las maniobras de agresión y de guerra.
Ellos dirigen la punta de agresión hacia los países no alineados y otras
naciones emergentes.
Los imperialistas, encabezados por los norteamericanos, no cesan de
cometer intervenciones armadas y actividades subversivas y de sabotaje
contra esos países y, aprovechando con astucia los problemas de frontera
y otras diversas cuestiones complejas surgidas a consecuencia de la
dominación colonial, los hacen pelear unos contra otros por medio de la
siembra de la discordia, la enemistad y el antagonismo, tratando así de
sacar provecho de ello. En la realización de su designio agresivo contra
los países no alineados y en vías de desarrollo, los imperialistas
suelen utilizar como brigada de choque a los sionistas israelíes, a los
racistas sudafricanos y a otros lacayos que criaron y adiestraron ellos
mismos.
Debido a estas maniobras de los imperialistas, los pueblos de los países
no alineados y en vías de desarrollo sufren muchos sacrificios y
calamidades, y tropiezan con múltiples dificultades y obstáculos en la
construcción de una nueva sociedad.
Todos estos hechos demuestran elocuentemente que precisamente los
imperialistas son los promotores de la agresión y el pillaje, los
perturbadores de la paz y la seguridad en el mundo y los autores que
impiden el progreso social.
Batallar contra el imperialismo y para lograr la independencia en el
mundo constituye un requisito apremiante de nuestra época.
El Movimiento de los Países No Alineados es, en su esencia, un
movimiento por la independencia contra el imperialismo. Sólo a través de
la lucha contra éste y por la independencia, él puede realizar su noble
propósito e ideal. Unicamente intensificando este combate es posible
defender la paz y la seguridad en el mundo, proteger los derechos a la
independencia y los intereses de los pueblos y asegurar la consolidación
de la independencia nacional y el progreso social.
Los pueblos de los países no alineados y todos los demás pueblos
progresistas del mundo, firmemente unidos, deben desplegar con energía
la lucha contra el imperialismo y por la independencia.
Primero, deben formar a escala mundial un frente conjunto
antimperialista y arreciar esa lucha.
El imperialismo es el enemigo común de los pueblos de los países no
alineados y todos los demás pueblos progresistas del orbe. Las fuerzas
imperialistas se enfrentan aunadas a la justa causa de los pueblos por
la independencia, la paz y el progreso social. En la Tierra no hay
ningún país que no esté amenazado por la agresión e intervención imperialista.
Los pueblos, sólo con las fuerzas unidas, pueden alcanzar la victoria
frente a las fuerzas imperialistas aliadas. A lo que más temen los
imperialistas es a la sólida unidad de los pueblos progresistas del
mundo como fuerzas antimperialistas. Las fuerzas mancomunadas de los
pueblos son invencibles.
Los pueblos de los países no alineados y todos los demás pueblos
progresistas del mundo deben unirse con firmeza a las filas de la lucha
antimperialista por la causa común de la independencia, la paz y el
progreso social, y marchar al mismo paso en esta contienda.
Segundo, tienen que desplegar con tenacidad e integralmemte la lucha
contra el imperialismo y por defender la independencia en todas las
esferas política, militar económica, ideológica y cultural.
Los imperialistas maniobran con diversos métodos y en distintas esferas
para agredir y dominar a otros países. No sólo tratan de invadirlos y
alcanzar la dominación política sobre éstos, valiéndose de las fuerzas
militares y métodos intrigantes, sino también de realizar la subyugación
económica y la penetración ideológica y cultural, teniendo como arma las
mercancías sobrantes, las inequitativas relaciones económicas y la
corrupta cultura occidental y modo de vida burgués.
Los países no alineados y todos los demás pueblos progresistas del mundo
deben incrementar la vigilancia tanto ante las abiertas maniobras
agresivas de los imperialistas como ante sus siniestros designios y
astutos ardides, para los que se valen de diversos métodos, así como
frustrarlos a cada paso y hasta sus últimas consecuencias.
La lucha antimperialista no sólo debe ser desplegada integralmente y en
todos sus aspectos, sino también con toda tenacidad, sin interrumpirse
en medio del camino.
En ningún momento esta lucha debe ser suspendida o debilitada. Su
interrupción significa el retroceso, que a su vez trae el fracaso. Hay
que seguir arreciándola sin ofrecer oportunidad de respirar al enemigo,
y efectuarla hasta el fin, hasta coronarla con la victoria final.
Tercero, deben combatir con dinamismo para alcanzar la independencia en
todo el mundo.
Que los pueblos, una vez dueños de sus destinos, se opongan a toda clase
de dominación y subyugación y marchen por el camino de la independencia,
es la tendencia principal de nuestra época, y luchar por la
independencia en el mundo entero constituye la causa común de los pueblos de todos los países que defienden el
zazusong.
El mundo donde éste verificada la independencia implica un mundo en que se haya eliminado completamente
toda forma de colonialismo y asegurado a plenitud la soberanía de todos
los países y las naciones.
Sólo con la realización de la independencia en todo el orbe es posible
construir una nueva sociedad próspera donde los pueblos de todos los
países puedan llevar una vida libre y dichosa, exenta de la dominación y
la subyugación, y poniendo fin a la agresión y la guerra, edificar un
mundo nuevo que garantice una vida tranquila a la humanidad.
La lucha por la obtención de la independencia en el mundo entero implica
un serio reto de vida o muerte de las fuerzas independientes
antimperialistas contra las dominantes imperialistas en el planeta.
Los pueblos de los países no alineados y del resto del mundo que
defienden el zazusong deben levantarse activamente en la lucha por la
realización de la independencia en todo el planeta.
2. LA EVITACION DE LA GUERRA NUCLEAR Y LA ELIMINACION DE LAS ARMAS
NUCLEARES
Conjurar la guerra nuclear y preservar la paz y la seguridad en el mundo
constituye el problema acuciante que enfrenta hoy la humanidad.
Después de la Segunda Guerra Mundial los imperialistas han recurrido
obstinadamente a la estrategia global de dominar al mundo con la fuerza,
esgrimiendo las armas nucleares, estrategia de tinte cada vez más
peligroso.
Actualmente, ellos aumentan en gran escala los armamentos y aceleran más
la producción y el emplazamiento de las armas nucleares. Debido a sus
maniobras de guerra, en varios países y regiones del mundo se instalan
gran número de armas nucleares, y en océanos como el Pacífico y el
Indico navegan permanentemente flotas nucleares y, especialmente, en las
zonas de principales recursos naturales y en los puntos
estratégico-militares de importancia se concentran en gran escala las
fuerzas armadas nucleares y siguen creándose nuevas bases nucleares. Y
en la tierra, el aire, el mar y los contornos de los países no alineados
se efectúan sin interrupción maniobras y actividades militares que
pueden desatar una guerra nuclear.
En los últimos años Estados Unidos se propuso el extremadamente
aventurero plan de la “guerra de las galaxias”, tratando de extender la
carrera armamentista hasta el espacio cósmico, e intentan producir armas
químicas binarias y emplazarlas en diversas regiones del mundo.
Los negros nubarrones de la guerra nuclear se ciernen pesadamente sobre
todos los continentes, amenazando la existencia misma de nuestro
planeta. El peligro de que pueda estallar una nueva guerra mundial,
guerra nuclear, existe en Asia y Europa, en el Medio y Cercano Oriente y
Africa austral, y en la zona del Caribe y el Océano Indico, en fin, en
todas las regiones del mundo.
Hoy la Península Coreana es donde se siente el peligro más grande de
conflagración nuclear.
En Corea del Sur están emplazadas más de 1000 armas nucleares de todo
tipo, incluidas las bombas atómicas, cuya densidad es 4 veces más alta
que la de los países miembros de la OTAN. A escala mundial, sólo Corea
del Sur, exceptuando a estos países, introduce en gran medida las armas
nucleares de Estados Unidos. Como colonia y base militar de éste,
Surcorea se ha convertido en un enorme depósito nuclear, en la máxima
base de avanzada de ese tipo en el Extremo Oriente.
A la par que emplaza gran número de estas armas en Corea del Sur,
Estados Unidos frecuentemente alborota con ejercicios de guerra nuclear
allí y en sus contornos, movilizando todo tipo de esos armamentos y un
sinnúmero de efectivos militares. Como consecuencia, Corea del Sur se ha
convertido hoy en el más peligroso foco de guerra nuclear.
Si esta guerra se desata en nuestro país, pronto se extenderá a escala
muncial, y resultará que tanto la nación coreana como toda la humanidad
sufrirán calamidades nucleares.
Hasta la fecha no hubo ningún momoento en que la guerra nuclear
amenazara tan gravemente la existencia de la humanidad como hoy. Ahora
en la Tierra se han acumulado las bombas atómicas que tienen un
potencial explosivo más de un millón de veces mayor que la arrojada en
Hiroshima por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. La
opinión pública mundial se preocupa de que la guerra nuclear también
pueda estallar por alguna causa eventual.
Prevenir una nueva conflagración mundial, una catástrofe termonuclear, y
salvaguardar la paz y la seguridad constituye un requisito solemne de la
época y la aspiración unánime de la humanidad.
El Movimiento de los Países No Alineados es una fuerza antibélica y
amante de la paz, y la política de no alineación es una política de paz
basada en la justicia. El Movimiento debe proponerse como su importante
deber evitar una nueva guerra mundial, termonuclear, y defender la paz
en el mundo, y sobre esta base, fortalecer por todos los medios sus
actividades.
Primero, tiene que combatir activamente para alcanzar la interrupción de
la carrera armamentista, el total y completo desarme, sobre todo, la
eliminación de las armas nucleares.
La carrera armamentista y las armas nucleares emplazadas en diversas
partes del mundo devienen el factor principal que agudiza la tensión
internacional y aumenta el peligro de la guerra nuclear. Mientras siga
la carrera armamentista y existan las armas nucleares sobre la Tierra,
no es posible que desaparezca el peligro de guerra nuclear y la
humanidad se libre de esa permanente amenaza.
Los páises no alineados, priorizando la eliminación de las armas
nucleares, deben acudir a la lucha por impedir su producción y
almacenamiento y alcanzar su total y definitiva eliminación. Al congelar
los depósitos de armas nucleares ahora existentes, reduirlas en gran
medida y, más adelante, desmontarlas por completo, tienen que eliminar
definitivamente el peligro de la guerra nuclear.
La interrupción de las pruebas de armas nucleares viene a ser el primer
paso para impedir la carrera armamentista nuclear y eliminar esas armas.
Los países no alineados deben desempeñar un papel de estimulante en la
tarea de adoptar una medida legítima internacional de prohibir
totalmente el ensayo de armas nucleares de todo tipo.
El espacio cósmico debe aprovecharse sólo para la paz y no ser un nuevo
escenario de la carrera armamentista. Los países no alineados se
opondrán a cualquier intento de extenderla al cosmos.
Y procurarán que los países poseedores de esas armas se comprometan a no
amenazar con ellas a otros y que se tomen cuanto antes las medidas para
determinar su eliminación según los derechos internacionales.
Para erradicar las armas nucleares y evitar la guerra nuclear, es
necesario crear y ampliar sin cesar las zonas desnuclearizadas y de paz
en diversas regiones del mundo.
Hoy en distintos rincones del planeta se adoptan buenas iniciativas para
establecer estas zonas. Los países no alineados deberán apoyarlas
activamente. Los países que poseen armas nucleares tienen que respetar
las zonas desnuclearizadas y de paz, y abstenerse de emplazarlas en
ellas.
El Gobierno de nuestra República y el pueblo coreano combatirán
tesoneramente para convertir en tales zonas la región noreste de Asia,
sobre todo la Península Coreana, y unidos con los pueblos del mundo
amantes de la paz, harán todo lo que esté a su alcance para crearlas y
extenderlas en diversas regiones del orbe.
Con miras a conjurar el peligro de la nueva guerra mundial y preservar
la paz y la seguridad en el mundo, es necesario, además de eliminar las
armas nucleares, prohibir la invención, la producción, el almacenamiento
y el uso de las armas químicas.
En la hora actual se presentan positivos proyectos e iniciativas de
realizar un total y definitivo desarme, entre otros los de eliminar
escalonada y completamente las armas nucleares hasta fines del presente
siglo y de renunciar a la carrera armamentista en el espacio cósmico.
Son proyectos e iniciativas de significación que contribuyen a conjurar
el peligro de guerra nuclear y a defender la paz y la seguridad en el
mundo. Los países no alineados harán todos sus esfuerzos para que esos
positivos proyectos e iniciativas se pongan en práctica.
Segundo, debe luchar contra la política imperialista a favor de bloques
y bases militares.
El bloque militar sirve a los imperialistas de trampolín para las
maniobras de agresión y de guerra, y las bases militares y las tropas
agresivas extranjeras existentes en los territorios de otros países son
medios para gobernar y controlar a estos últimos. La paz mundial puede
ser permanente y duradera sólo cuando se barran totalmente de la Tierra
todos los bloques militares y medios de agresión y de guerra.
Batallar contra el emplazamiento de las bases militares y las tropas
extranjeras y para la disolución de los bloques militares constituye un
importante deber del Movimiento de los Países No Alineados.
Estos países deben exigir poderosamente el retiro de esas bases y tropas
agresivas dislocadas en otros países, y resistirse a conceder sus
territorios a las grandes potencias, como bases militares, como bases de
suministro.
Actualmente, los imperialistas tratan de formar nuevos bloques militares
en Asia, en la zona del Pacífico y en otras diversas regiones, en tanto
que mantienen y consolidan los ya creados. Los países no alineados deben
oponerse resueltamente a estas artimañas de los imperialistas y luchar
con tenacidad para desmantelar todos los bloques militares agresivos.
Si se logra esto no se necesitará tampoco el bloque militar de los
países socialistas.
Los países no alineados no deben incorporarse a ningún bloque o tratado
militar, ni permitir a los imperialistas efectuar ejercicios militares
en sus territorios y en sus contornos, sobre todo, maniobras de guerra
nuclear.
Insistimos categóricamente en que Estados Unidos ponga fin a sus
maquinaciones encaminadas a desatar una guerra nuclear en Corea del Sur
y en sus alrededores, y retire de inmediato de esta parte del país a sus
tropas, bases militares y armas de exterminio masivo, incluidas las
nucleares.
Los países no alineados deberán apoyar y respaldar activamente a los
pueblos de todos los países que combaten para expulsar las bases
militares y las tropas agresivas extranjeras.
Tercero, deben desplegar con dinamismo el movimiento antibélico,
antinuclear y por la paz.
Este movimiento, que hoy se desarrolla con energía en Asia, Europa y
otras diversas regiones del mundo, asesta duros golpes a la política
belicista de los imperialistas y a sus maniobras para aumentar el
armamento nuclear.
Los países no alineados han de revelar y condenar consecuentemente la
política de agresión y de guerra de los imperialistas y sus aventureras
maquinaciones provocativas de guerra nuclear, y atarles de pies y manos
en todos los lugares donde hayan extendido sus tentáculos. Por otra
parte, no deben seguir esa política de los imperialistas ni servirles de
lacayos guerreristas.
Y fortalecerán la solidaridad con el movimiento antibélico, antinuclear
y por la paz y le prestarán toda forma de apoyo y respaldo posible.
No permitirán actos violadores de las ya reconocidas normas y
reglamentos de acción en las relaciones internacionales y alzarán más su
voz para detener tales actos.
Este es el Año Internacional de la Paz. Los pueblos del mundo amantes de
la paz desean unánimemente que este año se registre un nuevo avance en
el relajamiento de la tensión en todas las regiones del mundo y en la
eliminación de la raigambre de agresión y de guerra.
Hoy, el peligro de una nueva guerra mundial, termonuclear, es grande,
pero ésta no es fatalmente inevitable. Si los países no alineados
combaten activamente unidos con todas las fuerzas antibélicas y amantes
de la paz del mundo, podrán conjurar ese peligro y salvaguardar la paz
y la seguridad.
Consideramos que en cuanto a la preparación de la VIII Conferencia
Cumbre de los Países No Alineados, éstos deben prestar primordial
atención al desarme, sobre todo a la eliminación de las armas nucleares,
de manera que ella sirva de una nueva coyuntura para prevenir la nueva
guerra mundial, termonuclear, y aflojar la tensión internacional.
3. LA ELIMINACION DEL COLONIALISMO Y DEL RACISMO Y LA CULMINACION DE LA
CAUSA DE LA LIBERACION NACIONAL
Barrer con el colonialismo y el racismo y concluir la causa de la
liberación nacional constituye una tarea importante de la lucha contra
el imperialismo y por la independencia.
La actual es la época del zazusong. Los pueblos antes oprimidos se han
presentado como dueños del mundo e impulsan con energía la historia. En
el torbellino de la corriente de la época del zazusong, el sistema
colonial imperialista va eliminándose definitivamente de la Tierra y los
pueblos de numerosos países de Asia, Africa y América Latina han logrado
la independencia política y avanzan con pasos firmes por el camino de la
creación de una nueva vida.
Sin embargo, en el globo terráqueo todavía subsisten los remanentes
coloniales imperialistas y a gran número de pueblos se les impone llevar
una vida de siervos coloniales. Esta es una seria contradicción
inadmisible en la época del zazusong. Actualmente, los pueblos de las
colonias y de los países dependientes, enarbolando la bandera de la
libertad y la independencia, y con su enérgica lucha, asestan golpes
demoledores a los imperialistas y colonialistas.
Con el intento de mantener a toda costa su sistema colonial decadente,
los imperialistas aplastan con la fuerza de las armas la causa
liberadora de los pueblos, en tanto que azuzan activamente a los
racistas. Proclamando como sus “amigos” y “países aliados” a Sudáfrica e
Israel, intensifican la llamada “cooperación” con ellos en las esferas
política, diplomática, económica, financiera, militar, sobre todo, en el
campo nuclear.
Bajo el amparo activo de los imperialistas, los racistas sudafricanos y
los sionistas israelíes se oponen obstinadamente a la causa de la
liberación nacional, prosiguiendo abiertamente la política agresiva,
racista y expancionista.
El poder racista sudafricano aplica una infame política de segregación y
discriminación racial, y de represión, y pisotea sin piedad hasta la
libertad y los derechos más elementales del pueblo sudafricano,
manteniéndolo sometido por un puñado de blancos. Los racistas
sudafricanos intensifican su dominación colonial en Namibia, que
ocuparon ilegalmente, y aplastan con crueldad la lucha de su pueblo por
la independencia y la liberación nacionales. El poder racista
sudafricano no cesa de cometer actividades agresivas e intervencionistas
y actos terroristas estatales contra países de la Línea del Frente, como
Angola, Botswana, Mozambique, Zambia y Zimbabwe, tratando obstinadamente
de perturbar allí la seguridad y derribar los poderes legítimos.
Recientemente, la camarilla recista sudafricana, movilizando a las
fuerzas aéreas, de tierra y de mar, realizó ataques militares contra
Zimbabwe, Zambia, Botswana y Angola, lo cual manifestó literalmente ante
el mundo su agresividad y bestialidad.
Los sionistas israelíes, sedientos de fundar un “gran imperio israelí”
en el Medio y Cercano Oriente, han ocupado parte de algunos países
árabes y les aplican una política colonialista de aldeas concentradas.
Bajo el activo amparo de los imperialistas, ellos revelan abiertamente
cada día más su despotismo y arbitrariedad, violando de manera flagrante
los derechos nacionales del pueblo palestino y demás pueblos árabes.
También en Centroamérica y en la zona del Caribe, los imperialistas y
colonialistas obstaculizan la lucha de los pueblos por la libertad y la
independencia. Perpetran abiertamente chantajes e intervenciones
militares y realizan actividades subversivas en los países de esta
región que luchan por defender la independencia política y alcanzar el
desarrollo independiente.
En estas condiciones en que los colonialistas y racistas maniobran para
suprimir la causa de liberación nacional y fortalecer la explotación y
dominación colonial, los pueblos progresistas del mundo encaran la tarea
importante de arreciar más, con las fuerzas unidas, la lucha por la
eliminación del colonialismo y el racismo. Cuando de la Tierra
desaparezca por completo toda forma de colonialismo y de racismo,
dejarán de existir la América septentrional y la Europa occidental
imperialistas, y los pueblos se liberarán completa y definitivamente de
su yugo.
Todos los países no alineados deberán combatir con más energía para
eliminar definitivamente el colonialismo y el racismo y para culminar la
causa de liberación nacional, y harán todo lo que esté a su alcance para
apoyar y respaldar la lucha de los pueblos oprimidos por la liberación e
independencia nacionales.
Primero, deben desplegar con mayor dinamismo la lucha conjunta para
acabar con el régimen racista sudafricano.
Sudáfrica constituye un punto importante de sostén de los colonialistas.
Su racismo es la forma del colonialismo más despótico y el obstáculo
principal que impide la completa liberación de Africa y el proceso de su
descolonización. La realidad demuestra que sin poner fin al apartheid en
Sudáfrica no es posible concluir la causa de liberación nacional, ni
estabilizar la situación en esta región, ni tampoco preservar la paz y
la seguridad en el mundo.
Los países no alineados deben fortalecer el esfuerzo común para
respaldar la lucha del pueblo sudafricano por la libertad y la
liberación, la batalla del pueblo namibio contra la ocupación por
Sudáfrica y para la autodeterminación e independencia nacionales, y el
combate de los pueblos de los países de la Línea del Frente y otros
contra la agresión y la intervención sudafricanas y para defender su
independencia.
Ellos prestarán toda forma de asistencia, sobre todo el apoyo político y
diplomático y la ayuda material-financiera y militar, a los pueblos
sudafricano y namibio y demás pueblos de Africa austral que combaten, y
adoptarán medidas drásticas para aislar del todo al poder racista
sudafricano en el plano internacional. El Movimiento de los Países No
Alineados debe procurar que todos sus miembros y las organizaciones
internacionales rompan relaciones con el poder racista sudafricano en
todas las esferas: política, económica, cultural, diplomática, militar,
entre otras.
Segundo, tienen que frustrar las ambiciones agresivas expansionistas de
los sionistas israelíes.
El sionismo es una forma del racismo y del colonialismo. La política de
agresión y de expansión de los sionistas israelíes constituye el factor
fundamental que bloquea el avance victoriso de la causa de liberación
nacional en el Medio y Cercano Oriente. A menos que se haga fracasar la
ambición agresiva de Israel, no es posible alcanzar la independencia, la
integridad territorial y el progreso de los países de esta zona, ni
garantizar la paz y seguridad duraderas en el mundo.
Los países no alineados deben condenar tajantemente las maniobras
criminales de los sionistas israelíes contra los pueblos árabes y para
aplastar la causa liberadora del pueblo palestino, así como seguir
enviándole el activo apoyo y solidaridad a la lucha de ese púeblo y de
otros árabes. Y, según la resolución de la VII Conferencia Cumbre de los
Países No Alineados, tendrán que desplegar con vigor las acciones
conjuntas para rechazar a Israel en las esferas diplomática, económica,
militar, cultural y de transporte marítimo y aéreo considerando como su
causa común la lucha del pueblo palestino y de otros árabes.
La justa causa de estos pueblos para recuperar el territorio árabe
arrebatado y redimir todos los derechos legítimos de Palestina, incluido
el de fundar un Estado independiente, debe ser lograda
indefectiblemente. Los sionistas israelíes deben renunciar a su política
expansionista y anexionista, y retirarse sin demora de todos los
territorios árabes que ocupan.
Estados Unidos tiene que interrumpir su apoyo político y diplomático y
su ayuda militar y económica a los sionistas y desistir de su ambición
de dominar la región del Medio y Cercano Oriente y retirar de allí sus
manos.
Tercero, deben fortalecer la solidaridad con los pueblos de los países
que combaten por la independencia, la soberanía y la construcción de una
nueva sociedad.
Prestar un activo apoyo y respaldo a la lucha de los pueblos por la
independencia y la liberación nacionales constituye el deber común de
los países no alineados.
El batallar de los nueblos por la independencia, la soberanía y la
construcción de una nueva sociedad se encuentra en una relación de mutuo
apoyo y complemento. Si Africa no está libre, tampoco lo estarán Asia y
América Latina, y si en Asia se libra con éxito la lucha por la
independencia, la soberanía y la construcción de una nueva sociedad,
esto creará una condición favorable para el combate liberador de los
pueblos de Africa y América Latina.
Los países no alineados apoyarán enérgicamente la pelea de los pueblos
de los países colonizados por la liberación e independencia nacionales,
y respaldarán más activamente la lucha de los pueblos de Asia, Africa y
América Latina contra las intrigas de agresión e intervención
imperialistas, para salvaguardar su independencia y soberanía.
Y condenarán las maniobras de los imperialistas y sus lacayos,
encaminadas a hacer fracasar la justa causa de los pueblos para crear
una nueva vida y los aislarán por completo, y en ningún momento les
permitirán actos de agresión e intervención, de presión y de terrorismo
estatal contra los países soberanos.
Si a los imperialistas se les permite violar a su albedrío la soberanía
de los países no alineados, es probable que ellos se tornen más
insolentes y arbitrarios en el futuro, tratando de jugar con el destino
del Movimiento de los Países No Alineados en su conjunto. Este
movimiento debe defender de la agresión e intervención imperialistas la
causa de los países miembros para la independencia, la soberanía y la
construcción de la nueva sociedad.
La derrota del imperialismo y el colonialismo y el triunfo de la causa
liberadora de los pueblos constituyen la corriente de la historia, por
nada contenible.
La victoria final de la causa por la liberación nacional se aproximará
todavía más cuando los países no alineados desplieguen con dinamismo la
lucha por barrer el colonialismo y el imperialismo de la Tierra.
4. LA COOPERACION SUR-SUR Y LA INDEPENDENCIA ECONOMICA
La cooperación Sur-Sur es una noble empresa de los países en vías de
desarrollo para fortalecer el carácter independiente de su economía
nacional y alcanzar su completa emancipación económica, mediante una
estrecha cooperación económica y técnica.
Sólo logrando la autosuficiencia económica ellos podrán liberar a sus
pueblos del atraso, la miseria, el hambre y las enfermedades,
consecuencias de la dominación colonial imperialista, y consolidar la
independencia política ya alcanzada.
La nación subyugada a otra en el plano económico lo es también en el
plano político. La dependencia económiça origina inevitablemente la
dependencia política, y la subyugación económica la subyugación
política.
La lucha por la independencia económica constituye la segunda batalla
liberadora por la liquidación del atraso económico y la miseria y la
realización de la completa independencia nacional.
La conquista de la independencia económica es una labor de los mismos
pueblos de los países en vías de desarrollo. Los imperialistas nunca se
la regalarán. Los países no alineados y los demás en vías de desarrollo
deben forjar su camino de subsistencia y construir la economía nacional
independiente mediante la realización de la cooperación Sur-Sur bajo la
bandera de la autosustentación colectiva.
La realidad de hoy, cuando la situación económica internacional se torna
desfavorable a ellos, exige con mayor urgencia la realización de la
cooperación Sur-Sur. Dado que las crecientes calamidades, ocasionadas
por el hambre y las enfermedades, amenazan a los pueblos de los países
en vías de desarrollo, lógicamente éstos tienen que mancomunar sus
fuerzas y respaldarse y cooperar.
Actualmente, los dirigentes de numerosos países no alineados y en vías
de desarrollo exhortan a que cada cual forje su destino bajo su propia
responsabilidad y plantean el problema de la estrecha cooperación entre
estos países. Esto es algo harto natural.
Si se efectúa la cooperación Sur-Sur, los países en vías de desarrollo
pueden incrementar su capacidad de hacer frente a los países
desarrollados, y negociar con éstos, y así abrir una coyuntura favorable
al establecimiento de un nuevo orden económico internacional.
Realmente existen suficientes condiciones y posibilidades para la
realización de la cooperación Sur-Sur. Los países no alineados y los
demás en vías de desarrollo poseen extensos territorios, abundantes
recursos de materias primas y valiosas experiencias y técnicas que
adquirieron en el curso de la creación de la nueva vida. Si ellos se
aprovechan al máximo de sus propios recursos humanos y materiales y
estrechan la colaboración e intercambios económico-técnicos según el
principio de conveniencia mutua, podrán resolver con éxito, y sin la
ayuda de los países desarrollados, los difíciles y complicados problemas
que se presentan en la construcción de la nueva sociedad. La experiencia
histórica demuestra que también los países pobres y atrasados pueden
acometer grandes empresas si juntan sus fuerzas.
Para liberar a sus pueblos del atraso y miseria, del hambre y las
enfermedades, y alcanzar su independencia económica, los países no
alineados y los demás en vías de desarrollo deben agilizar la
cooperación y los intercambios, empezando por los problemas que ofrezcan
reales posibilidades para esto y que sean apremiantes.
En primer lugar, hay que extender y desarrollar la cooperación Sur-Sur
en la esfera alimenticia y agrícola.
La solución del problema de los alimentos, del agrícola, cobra una
importancia vital para acelerar la construcción de la nueva sociedad y
fomentar el bienestar de los pueblos. La colaboración e intercambio en
la esfera agrícola deben llevarse a cabo prestándose principal atención
a que los países en vías de desarrollo preparen sus propias y sólidas
bases de producción agrícola que les permitan autoabastecerse de
alimentos dentro de poco tiempo.
Es positivo y necesario el que actualmente la ONU y otros organismos
internacionales adopten medidas de ayuda para ciertos países que padecen
de cruenta escasez de alimentos.
Para resolver de manera fundamental el problema de los alimentos en los
países en vías de desarrollo es preciso que cada uno de ellos cultive
exitosamente la tierra y así aumente decididamente la producción
cerealera. El que hoy la mayoría de estos países no logre liberarse del
hambre y la miseria, consecuencias de la dominación colonial
imperialista, no se debe a la escasa superficie cultivable sino al
deficiente trabajo agrícola por falta de obras de riego, maquinarias y
técnica.
Consideramos necesario fortalecer, ante todo, la cooperación en la
esfera de la irrigación.
Los países en vías de desarrollo deben llevar a cabo las obras de riego
para prevenir las calamidades de la sequía y obtener altos y seguros
resultados en la agricultura. La mayoría de estos países, sobre todo los
africanos, poseen abundantes recursos hidráulicos y amplias perspectivas
para la realización de obras de irrigación.
Para colaborar en las obras de irrigación sería racional que ellos
elaboren comúnmente proyectos tales como el “plan decenal de los países
en vías de desarrollo para la construcción de obras de irrigación”,
o el ”plan decenal africano de construcción de obras de irrigación”,
creen un organismo coordinador de esta cooperación y empresas colectivas
de obras de irrigación.
Los países no alineados y los en vías de desarrollo deben colaborar
estrechamente en la tarea de mejorar los métodos de cultivo.
La mayor posibilidad de incremento de la producción cerealera en estos
países consiste en mejorar los métodos de cultivo para realizar la
agricultura de manera científicotécnica. Sólo con la mejora de los
métodos de cultivo puede alcanzarse un alto rendimiento en la producción
agrícola con pocas inversiones.
Los países en vías de desarrollo deben crear nuevos métodos de cultivo
apropiados a las condiciones natural-geográficas y climático-pedológicas
de cada región y país, y generalizar ampliamente las valiosas
experiencias en el mejoramiento de los métodos de cultivo.
Asimismo deben cooperar e intercambiar ampliamente en la esfera de la
producción de semillas y de la investigación genética.
Los países que poseen técnicas y experiencias valiosas en la producción
de semillas y la investigación genética deben intercambiarlas con otros
países en vías de desarrollo y si se les pide variedades genéticas de
línea pura, ofrecerlas.
Para incrementar la producción cerealera deben intensificar
investigaciones conjuntas y la cooperación en la esfera de las ciencias
agronómicas.
Además, realizarán activamente la coexplotación agrícola.
Esta constituye una de las vías racionales de la solución del problema
alimentario en los países africanos y los demás en vías de desarrollo.
Si la efectúan en amplia escala, podrán salvar a sus pueblos del hambre
mediante el rápido aumento de la producción agrícola y consolidar
también las bases de ésta.
Dentro del marco de la coexplotación agrícola es importante organizar
granjas colectivas. Estas podrían funcionar de la siguiente manera: que
los países atrasados en el plano de la técnica agrícola aporten tierra y
mano de obra mientras los avanzados en este aspecto contribuyan con
equipos, materiales y técnica como, por ejemplo, maquinarias,
fertilizantes y otros productos químicos.
Resultaría racional si los países no alineados y los en vías de
desarrollo fundan empresas colectivas para la producción de máquinas y
materiales de uso agrícola con el fin de asegurarse de suficientes
maquinarias, equipos de riego, fertilizantes y otros productos
agroquímicos. Por el momento sería coveniente que los países en vías de
desarrollo relativamente atrasados en el plano técnico construyan
fábricas de máquinas agrícolas bajo la ayuda de sus homólogos con
experiencia en esto para aumentar la producción de las de mediano y
pequeño tamaño y de otros implementos, así como que produzcan y
aprovechen ampliamente las de tracción animal.
Nosotros estrecharemos la cooperación con los países no alineados y los
en vías de desarrollo, sobre todo con los africanos, prestando principal
atención a que ellos preparen sólida base de producción agrícola y
logren autoabastecerse de alimentos.
En segundo lugar, hay que efectuar ampliamente la colaboración e
intercambios en la esfera de la salud pública.
La cooperación Sur-Sur en esta esfera debe concentrarse en la solución
de los problemas más apremiantes que cada país en vías de desarrollo
enfrente para fomentar la salud de su pueblo hasta el año 2000.
El problema que debe ser solucionado con preferencia para liberar de sus
males a los pueblos de los países no alineados y los en vías de
desarrollo es exterminar las epidemias y la parasitosis.
Estos países, mientras llevan adelante las buenas experiencias
acumuladas hasta ahora en la cooperación sanitaria, deben incentivarla
aún más encontrando métodos más eficientes.
Ante todo, deben desarrollar la ciencia médica combinando correctamente
la medicina moderna con la tradicional, y la terapéutica moderna con la
popular y estrechar la cooperación en esta esfera.
Para realizar efectivamente la cooperación Sur-Sur deben concentrarse
las fuerzas en la solución del problema de los medicamentos.
Los países no alineados y los en vías de desarrollo deben fortalecer la
colaboración para promover la producción de los medicamentos de
prevención y de base. Sobre todo deben cooperar estrechamente para la
creación de las bases farmacéuticas. La fundación de empresas
farmacéuticas colectivas constituye una importante vía para la
realización eficiente de esas formas de cooperación. Para organizar y
desarrollar empresas de este tipo sería conveniente concertar a escala
internacional, por ejemplo, un convenio de especialización de la
producción farmacéutica, teniendo en cuenta la fuente de materias
primas, capacidad productiva y la necesidad de medicamentos de cada
país.
La creación de hospitales colectivos podría servir de una eficiente
forma de colaboración en la esfera de la salud pública.
En tercer lugar, hay que pasar a la práctica los proyectos de extensión
y desarrollo de la cooperación e intercambios entre los países no
alineados y los demás en vías de desarrollo en virtud del programa de
acción de cooperación económica ya elaborado.
Ante todo, debe crearse el banco sur para resolver el problema de fondos
que constituye una dificultad en la realización de la cooperación
Sur-Sur y fomentar los intercambios de conveniencia mutua, así como
adoptarse medidas necesarias para impulsar la colaboración en la esfera
financiera y monetaria y el comercio.
El establecimiento, a escala mundial, del sistema de preferencia
comercial de los países en vías de desarrollo cobra una enorme
importancia para promover el comercio entre ellos. Los países no
alineados y los en vías de desarrollo tienen que esforzarse en común
para lograr que dicho sistema se implante cuanto antes a escala mundial.
El fortalecimiento del apoyo político a la cooperación Sur-Sur es una
exigencia de la realidad para pasar a la ejecución del programa de
acción de cooperación económica. Los países no alineados y los en vías
de desarrollo deben crear condiciones necesarias para que el problema de la cooperación Sur-Sur sea discutido a un alto nivel y
se adopten medidas efectivas al respecto.
Los países no alineados deben prestar la atención merecida a la
coordinación entre los programas de acción de cooperación económica del
Movimiento de los No Alineados y del Grupo de los 77, respectivamente, y
la coordinación racional entre las esferas de colaboración dentro del
programa de acción de cooperación económica del Movimiento de los No
Alineados.
Además, de acuerdo a las exigencias reales, tienen que buscar y fomentar
de continuo activas formas y métodos para ampliar las esferas de la
cooperación Sur-Sur y elevar su efectividad.
Y manifestando en alto grado el espíritu de colaboración y de
solidaridad deben superar las dificultades que enfrenten en el
desarrollo de la cooperación económico-técnica.
Si ellos realizan activamente la cooperación Sur-Sur comenzando por las
esferas apremiantes como, por ejemplo, la agricultura y la salud
pública, podrían registrar un gran avance en la lucha por liquidar el
hambre y las enfermedades y alcanzar la independencia económica. Además,
si entre ellos se impulsa con éxito la colaboración económico-técnica,
mejorará la situación económica del mundo en general y esto ejercerá una
influencia positiva sobre las relaciones Sur-Norte.
5. EL ESTABLECIMIENTO DE UN NUEVO ORDEN ECONOMICO INTERNACIONAL
Una de las importantes tareas que hoy enfrentan los países no alineados
y los demás en vías de desarrollo es destruir el viejo orden económico
internacional y establecer otro nuevo y equitativo sobre la base de los
principios de la independencia, la igualdad y la conveniencia mutua.
Ellos trazaron una estrategia común con el fin de implantar un nuevo
orden económico internacional y hasta hoy han venido luchando sin tregua
para su materialización. Como resultado de su enérgica lucha en las
sesiones especiales de la ONU y en otras diversas reuniones
internacionales se adoptaron ya declaraciones y programas de acción con
respecto a la implantación de dicho orden, así como se tomaron las
medidas correspondientes y se crearon varios organismos internacionales.
Pero, debido a la injusta posición y actitud de los países capitalistas
desarrollados, partidarios del mantenimiento del viejo orden económico
internacional, no se ha registrado un avance digno de mención en la
lucha de los países en vías de desarrollo por la implantación de un
nuevo orden.
Los países capitalistas desarrollados no quieren ceder dócilmente la
posición monopolista que ocupan en las relaciones económicas
internacionales y no aceptan la exigencia de los países en vías de
desarrollo de efectuar negociaciones acerca del establecimiento del
nuevo orden económico internacional.
Valiéndose del viejo orden económico internacional los imperialistas
siguen saqueando a bajos precios los recursos naturales de los países en
vías de desarrollo y el fruto del trabajo de sus pueblos, y obstruyen
su progreso económico. El proteccionismo y la política de altos
intereses que aplican los países desarrollados, y el empeoramiento
continuo de las condiciones de trueque para los países en vías de
desarrollo y el crecimiento exorbitante de sus deudas externas, arrojan
graves consecuencias sobre el progreso social-económico de los países no
alineados y los en vías de desarrollo. Debido al parcial orden económico
internacional la economía de estos países se debilita cada vez más y se
va sumergiendo en un estado de estancamiento. Va empeorando
especialmente la situación económica de los países africanos.
La crisis económica mundial que persiste desde hace mucho tiempo y la
difícil situación económica de los países en vías de desarrollo,
consecuencias del injusto orden económico internacional, hacen todavía
más inestable la situación en el mundo y amenazan la justicia y la paz.
La realidad muestra que dejando inalterable el viejo orden económico
internacional, producto del régimen colonialista y palanca de
explotación y saqueo de los imperialistas, los países no alineados y los
en vías de desarrollo no pueden librarse de la explotación y la rapiña
en el plano internacional ni tampoco alcanzar la prosperidad y el
desarrollo de sus naciones.
Sólo cuando se eliminen toda forma de inequitativas e irracionales
relaciones económicas en el comercio, en los trámites financieros y
monetarios y en el resto de las esferas, se puede liquidar la causa
raigal de la explotación internacional y crear un ambiente favorable al
progreso económico en los países en vías de desarrollo.
En virtud de la estrategia común ya elaborada, los países no alineados y
los en vías de desarrollo deben luchar activamente para establecer un
nuevo orden económico internacional.
Primero, tienen que seguir esforzándose con tenacidad para acelerar el
proceso de las negociaciones acerca del establecimiento de ese nuevo
orden económico internacional. Lo importante en la aplicación de la
estrategia de negociaciones es que estos países emprendan acciones
unánimes. Deben elaborar en común la estrategia, procedimiento y métodos
de negociaciones de acuerdo con la exigencia de la situación económica
internacional, y coordinar eficientemente la política y actitud al
respecto para elevar más el nivel de las negociaciones. En este sentido
puede constituir una medida realista la creación de un comité permanente
a nivel de ministros de los países no alineados y de los en vías de
desarrollo tal como recomendó la reunión de los cancilleres del Comité
de Coordinación de Nueva Delhi.
La implantación del nuevo orden económico internacional sería
beneficioso también para los países desarrollados. Estos tienen que
aceptar la justa exigencia de los países no alineados y los en vías de
desarrollo de celebrar negociaciones a escala mundial para implantar
este nuevo orden.
Segundo, hay que canalizar esfuerzos en la creación de un equitativo y
sólido sistema financiero y monetario.
Las dificultades económicas en los países en vías de desarrollo y la
crisis económica mundial se relacionan mucho con el parcial sistema
financiero y monetario internacional. Este debe reestructurarse de
acuerdo con las exigencias de la época y a favor del progreso económico
de los páises en vías de desarrollo.
El nuevo sistema financiero y monetario internacional debe ser un
sistema equitativo, que poniendo fin a los privilegios y arbitrariedades
de los países capitalistas desarrollados y asegurando la estabilidad de
la circulación monetaria y las condiciones financieras del comercio
internacional, logre el fomento de la cooperación económica a escala
mundial y la resurrección de la economía mundial. Para esto es preciso
que las resoluciones que tomen los organismos financieros
internacionales aseguren la igualdad entre los países en vías de
desarrollo y los desarrollados, establezcan un estable y realista
sistema de tasa de cambios, garanticen una liquidez de acuerdo con la
demanda y la dividan de modo equitativo entre los países en vías de
desarrollo y los desarrollados.
También el problema de las deudas externas de los países en vías de
desarrollo debe solucionarse de manera justa y completa para
garantizarles el progreso y la estabilidad sociales y económicos.
Los países no alineados y los en vías de desarrollo deben lograr que la
conferencia internacional financiera y monetaria para el desarrollo se
celebre cuanto antes y así preparar una oportunidad para el
establecimiento de un nuevo sistema financiero y monetario
internacional.
Tercero, es necesario luchar activamente para implantar un nuevo orden
comercial.
En la actualidad, en el comercio entre los países en vías de desarrollo
y los desarrollados se efectúan invariablemente intercambios
inequivalentes. Los países en vías de desarrollo venden a bajo precio
las materias primas y compran extraordinariamente caros los productos
elaborados, y continúa disminuyendo en su exportación la proporción
correspondiente a los artículos elaborados. Por consiguiente, siguen
creciendo de continuo el déficit en el balance entre sus ingresos y
egresos y sus dificultades económicas.
Los países no alineados y los en vías de desarrollo tienen que
reorganizar el parcial sistema de precios en el comercio para establecer
otro equitativo y rentable para los productos primarios de modo que se
ponga fin a la fluctuación de los precios de éstos y aumenten los
ingresos de su exportación. Lo fundamental al respecto es consolidar las
sociedades de los productores ya organizadas y, al mismo tiempo, crear
otras nuevas y elevar su papel.
La creación de fondos comunes para el programa integrado de productos
primarios constituirá una de las importantes medidas para estabilizar
los precios y las rentas de su exportación en los países en vías de
desarrollo. Estos países deberán acelerar el proceso de ratificación del
convenio sobre la creación de fondos comunes para que ésta se realice lo
más pronto posible.
Los países desarrollados tienen que renunciar a su política
proteccionista y abrir más sus mercados a los países en vías de
desarrollo. Deben levantar las barreras arancelarias y no arancelarias
respecto a los principales productos de los países en vías de desarrollo
y tomar medidas encaminadas a estabilizar la renta de exportación de
éstos y procurar que les corresponda una mayor parte en la elaboración,
venta, distribución y transporte de las materias primas y los productos.
Hay que mejorar todavía más el trato de preferencia para los productos
de los países en vías de desarrollo y esforzarse a escala internacional
para establecer imparciales principios y reglamentos comerciales.
Los países en vías de desarrollo deben oponerse a que los países
desarrollados utilicen el sistema de preferencia general como un medio
de presionar sobre ellos, y luchar tesoneramente contra cualquier acto
de violación de su soberanía permanente sobre los recursos naturales.
Si los países no alineados y los demás en vías de desarrollo luchan
unidos y con energía para implantar un nuevo y equitativo orden
económico internacional, los países desarrollados, independientemente de
su voluntad, finalmente se verán obligados a aceptar su exigencia.
6. EL FORTALECIMIENTO Y DESARROLLO DEL MOVIMIENTO DE LOS PAISES NO
ALINEADOS
Fortalecer y desarrollar de modo incesante el Movimiento de los Países
No Alineados constituye una importante garantía para la culminación de
la causa del antimperialismo y la independencia.
Este movimiento es una potente fuerza independentista de nuestra época
opuesta al imperialismo. Sólo fortaleciéndolo y desarrollándolo se puede
rechazar con éxito toda forma de actos de dominación y subyugación, de
agresión e intervención de los imperialistas y defender la soberanía de
los países no alineados, así como solucionar, conforme a la aspiración y
las exigencias por la independencia de los pueblos de los países
emergentes, todos los problemas que se enfrentan en el escenario
internacional, incluyendo el del establecimiento del nuevo orden
económico internacional. Además, es posible prevenir la guerra nuclear y
salvaguardar la paz y la seguridad del mundo e incentivar poderosamente
la causa de la liberación nacional.
El fortalecimiento y desarrollo del Movimiento de los Países No
Alineados se presenta en la actualidad como el problema de mayor
urgencia dado que se ha tornado compleja la situación internacional y se
exteriorizan los actos de las fuerzas externas para apartar al
Movimiento de sus originales principios.
Todos los países no alineados deben esforzarse tesoneramente para
reforzar y desarrollar su Movimiento de modo que éste cumpla
magníficamente con su pesado deber asumido ante la época y la humanidad.
Primero, deben ser fieles a los ideales y principios de su Movimiento,
confirmados en años anteriores en sus conferencias cumbres.
Defender los ideales y principios del Movimiento constituye un problema
fundamental del que dependen el fortalecimiento y el desarrollo de éste
y su porvenir.
La independencia contra el imperialismo es el principal ideal del
Movimiento de los Países No Alineados, y avanzar por el camino de la
independencia, sin participar en ningún bloque constituye el principio
fundamental de este movimiento. Sólo cuando los países no alineados
mantienen con firmeza el zazusong se puede conservar las características
propias de su Movimiento, aumentar su poderío en general y hacer
realidad el noble ideal de la independencia contra el imperialismo. Si
ellos no logran mantener su zazusong, el Movimiento se degenerará
inevitablemente.
Los países no alineados deben mantener siempre el zazusong en todas sus
actividades. Tienen que rechazar de modo tajante cualquier intervención
de las fuerzas foráneas y no seguir ciegamente a otros países. Deben
respetar el zazusong de otras naciones y abstenerse de cometer actos de
intervención en asuntos internos de otros y de violar sus intereses.
Asimismo tienen que mantenerse invariablemente en la posición
fundamental de no participar en ningún bloque y luchar de modo resuelto
contra cualquier tentativa de apartar a su Movimiento de sus originales
principios y objetivos.
Y avanzando a pasos enérgicos con la bandera del zazusong en alto tienen
que contribuir activamente a la culminación de la causa de la
independencia contra el imperialismo.
Segundo, deben defender y desarrollar la tradición de la unidad.
La unidad es la vida y la fuente del poderío del Movimiento de los
Países No Alineados. Al margen de la unidad no se puede concebir la
existencia de este movimiento ni hablar de su poderío. Si se une, se
triunfa, pero si se divide, se pierde: esta es una verdad comprobada por
la historia.
Durante los 25 años pasados, desde cuando diera sus primeros pasos hasta
hoy, el Movimiento de los Países No Alineados se esforzó por la unidad y
luchó teniendo en ésta su arma. Y en este curso ha creado una buena
tradición consistente en poner la unidad en el primer plano y
subordinarle todo lo demás. Los países no alineados deben defender y
desarrollar esta tradición para reforzar todavía más la unidad y
cohesión de su Movimiento.
Ellos tienen que fomentar y desarrollar los factores de la unidad y
eliminar los de la división y emprender sólo acciones que beneficien la
unidad. No deben hostilizarse y recelar o pelear entre sí, dejándose
llevar por la incitación y los engaños de los imperialistas y enfrentar
con la estrategia de la unidad las conjuras divisionistas y cizañeras de
éstos.
Los países miembros del Movimiento No Alineado no deben recurrir al uso
de fuerzas armadas unos contra otros ni perpetrar actos que puedan
llevar los problemas litigiosos a choques militares. Las querellas que
hoy surgen entre ellos crean serios obstáculos para la unidad y cohesión
de su Movimiento. Los países no alineados no deben dejar que persistan
indefinidamente los problemas litigiosos aparecidos entre algunos de sus
miembros, sino adoptar medidas decisivas para ponerles fin.
Esos problemas deben resolverse, en todo caso, entre las partes
involucradas, mediante negociaciones y por vía pacífica, sin la
intervención de fuerzas ajenas, y sobre la base del principio de la
unidad y de acuerdo con los intereses nacionales de ambas partes y los
intereses generales del Movimiento No Alineado. En el caso de que surja
algún problema de disputa entre los países emergentes, los no alineados
no deben emprender acción alguna a favor o en contra de una u otra
parte, sino, manteniéndose en una postura equitativa, ayudar activamente
a las partes contrincantes a solucionar su querella mediante
negociaciones.
Los países no alineados tienen que resolver todos los problemas que
surjan en sus relaciones recíprocas sobre la base de los principios de
completa igualdad, de zazusong, de integridad territorial, de respeto
mutuo y de no intervención en los asuntos internos de otros. Sólo
entonces su unidad y relaciones de cooperación se harán sinceras y
sólidas y su Movimiento avanzará como una fuerza integral.
Tercero, se debe buscar en común la manera de aumentar la capacidad de
acción y la eficiencia del Movimiento de los Países No Alineados.
La elevación de esta capacidad y eficiencia es una exigencia real para
fortalecer y desarrollar el Movimiento. Hoy éste ha crecido como un
movimiento mundial de gran amplitud, se profundiza la cooperación entre
sus países miembros, y en la esfera de las relaciones internacionales
surgen sucesivamente complicados problemas que demandan urgente
solución. En correspondencia a esta situación es preciso aumentar de
manera decisiva la capacidad de acción y eficiencia del Movimiento de
los Países No Alineados.
A este fin es importante coordinar eficientemente las actividades de los
países no alineados y completar los métodos de acción, procedimientos y
un adecuado aparato que le permitan al Movimiento No Alineado
participar más activamente en la solución de los problemas de alcance
internacional.
Estamos seguros de que la VIII Conferencia Cumbre de los Países No
Alineados será una reunión de significación histórica para la solución
de los importantes problemas que enfrenta hoy el Movimiento No Alineado
y para un mayor desarrollo y fortalecimiento de éste.
El Gobierno de la República Popular Democrática de Corea, en adelante
también, como ha hecho hasta ahora, será fiel a los principios e ideales
del Movimiento de los Países No Alineados y hará todos sus esfuerzos
para fortalecerlo y desarrollarlo. |